Experiencia de diseño de un programa de monitoreo en ambiente y salud en Guichón

Se presentaron en Guichón, en el marco de una actividad presencial en la Escuela Técnica de la localidad los resultados de la investigación interdisciplinaria: Condiciones necesarias para un monitoreo en ambiente y salud en torno al uso de agroquímicos. Diseño y evaluación de un programa en el Municipio de Guichón (2017- 2020). El pasado 10 de setiembre se completó un proceso de trabajo que, superando las circunstancias de la pandemia, permitió articular con actores locales, referentes institucionales del territorio y generar un espacio de trabajo colaborativo con posibilidades de mantenerse en el tiempo.

El magister en psicología social Nicolás Rodríguez, docente de Facultad de Psicología de la Universidad de la República, junto a la profesora doctora Amalia Laborde, de Facultad de Medicina, coordinaron el equipo de trabajo que estuvo integrado por Jimena Heinzen y Florencia Del Cioppo de Facultad de Medicina (Departamento de Medicina Preventiva y Social) y Gustavo Cánepa, Facultad de Ciencias (Departamento de Geografía). Además, el proyecto contó con la participación de otros grupos universitarios, se enmarcó en las actividades del Polo de Salud Comunitaria de la sede Paysandú del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte y tuvo el apoyo de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC).

Dadas las características del proceso de investigación, se fueron concretando instancias de devoluciones e intercambios parciales con los colectivos locales con los cuales se vinculó el grupo de investigadores. “En la presentación final específicamente se procura compartir elementos fundamentales, plantear potenciales líneas de trabajo a continuar y promover el intercambio y las consultas de los participantes”, explicó Nicolás Rodríguez, en el inicio de la actividad en la que se habilitó la presencia a través de zoom de algunos integrantes del equipo y otros invitados para mantener el cumplimiento de los protocolos sanitarios.

SOSTENIBLE Y APLICABLE

El objetivo de la investigación fue diseñar y evaluar la aplicación de un programa de monitoreo en ambiente y salud en torno a la utilización de agroquímicos en el Municipio de Guichón, que sea sostenible en lo local y aplicable a otros contextos urbanos y agrícolas del país. “Con el trabajo nos interesaba no solo relevar la situación de agroquímicos en el municipio de Guichón sino también, pensando la realidad de esta ciudad y su entorno geográfico, generar aportes para otros contextos con realidades y problemas similares”, detalló Rodríguez.

En primer lugar “nos planteamos conocer más en profundidad lo que se produce y cuáles son los agroquímicos que se utilizan y de qué manera. Trabajamos sobre los tipos de exposición a esas sustancias y las poblaciones que podíamos delimitar como vulnerables y además nos ocupamos de los discursos y la percepción social sobre las amenazas en torno a esta problemática, las situaciones de salud relacionadas con este tema, la atención y el seguimiento de los casos. En la última etapa trabajamos en el diseño conjunto de un programa de monitoreo que pusimos a andar y sobre el que también comentaron los resultados”, resumió Rodríguez.

En el primer año fundamentalmente el equipo estuvo enfocado en un diagnóstico participativo del tema, relevando actores vinculados a la temática, perspectivas y el sistema de salud y registros sobre situaciones de salud que tuvieran conexión con el uso de agroquímicos. “Esto para poder ubicarnos en el contexto, los problemas y las dimensiones más sensibles a nivel local”, explicó en la presentación, detallando la combinación de diferentes técnicas cualitativas y cuantitativas de investigación social.

Luego, el segundo año se puso a funcionar una experiencia piloto de monitoreo diseñada por el equipo del proyecto en diálogo con los referentes territoriales. “Realizamos un relevamiento epidemiológico (con trabajadores del vivero de la zona y con la población que reside en los dos complejos de Mevir que se ubican al noreste de la ciudad). Para esta actividad tuvimos el apoyo de la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil para hacer la encuesta y el apoyo del Ciclo Inicial Optativo del área Salud con estudiantes que realizaron la aplicación de la encuesta”, presentó.
Agregó que se trabajó con información y entrevistas para identificar las tecnologías y los modos de uso de los agroquímicos; en la dimensión social profundizaron sobre la consideración que se tiene frente al uso de los agroquímicos y las alternativas a su uso realizando entrevistas a productores, autoridades, referentes sociales. Para trabajar la dimensión toxicológica, se concretaron en base a la información recabada, la organización de dos actividades de sensibilización dirigida a trabajadores de la salud.

“En la última etapa estuvimos trabajando en la elaboración de la propuesta de intervención más colectiva, donde pusimos a andar un grupo de monitoreo en cursos de agua de la zona y agua de consumo humano, los trabajadores expuestos a los agroquímicos, con trabajadores de la salud para la identificación clínica y el tema del destino final de los envases.

DIFERENTES PERSPECTIVAS Y PARTICIPACIÓN

“El desarrollo del proyecto permitió identificar los actores y las perspectivas que tienen sobre el tema. Se identifican mirandas que convergen en la preocupación y la sensibilidad con el tema pero también distintas tensiones, miradas de desconfianza ambivalentes”, mencionó en la presentación, indicando que estudios similares en otras comunidades latinoamericanas presentan comportamientos parecidos.

En el marco del estudio se delimitaron de forma participativa tres contextos de exposición y preocupación: la zona de transición urbano rural, las escuelas rurales y los cursos de agua. Algunas de las conclusiones presentadas reflejan que desde el sistema de salud (público-privado) se desarrollaban actividades de asistencia de los problemas derivados de la exposición a agroquímicos pero no se encontraron programas de prevención o sensibilización específicos para la situación local, sino que la promoción tomaba las referencias de campañas nacionales (semana del corazón, día de la actividad física, día internacional de… etcétera, pero en general). “A partir de las actividades realizadas se dio un incremento en las notificaciones de casos de intoxicación y la cantidad de casos en los que se solicitó asesoramiento al organismo especializado en el tema, lo que da cuenta una mayor sensibilidad”.

A nivel productivo el investigador reseñó que desde el proyecto “logramos empezar a construir un modelo de cómo entender qué se produce y qué productos se aplican. Más allá de conocer a través de proveedores locales una aproximación a los volúmenes de agroquímicos que se aplican en la zona y el tipo, es información que no está accesible y de libre disponibilidad como se registra en experiencias en otros países de la región”.

Desde el punto de vista epidemiológico “se pudo identificar que los problemas de salud se observaban más directamente en los trabajadores y no así en el relevamiento más general a nivel comunitario. Entre los trabajadores está presente como una problemática el tema de las alergias, algunos problemas de la salud mental que están asociados a la exposición a agroquímicos y otros problemas puntuales que no tienen significancia estadística aunque no quiere decir que no sean relevantes para las personas”, explicó Rodríguez.

En la dimensión social indicó que se comprenden las miradas del punto de vista local “que combinaban estrategias defensivas (aquellos discursos que para poder sostener el riesgo que implican ciertas sustancias relativizan, minimizan o niegan el riesgo) con otros discursos más críticos que reconocen el riesgo como un problema de salud”.

Finalmente reseñó que la experiencia de monitoreo participativo tuvo un conjunto de 16 referentes involucrados (entre actores institucionales de organismos públicos, referentes productivos, comunitarios). En esto se trabajaron tres temas grandes que son: la presencia de agroquímicos en agua, salud de los trabajadores forestales y salud en general de la población”. Resaltó que en el proceso observaron –al menos al momento de su realización– “la existencia de una disposición institucional, social y productiva a desarrollar experiencias de monitoreo colectivas de este tipo, aun cuando haya temas que sean incómodos, se logró reconocer los saberes de todos y articular las tensiones”.

Finalizada la presentación formal se abrió un espacio de intercambio en el que se realizaron preguntas y consideraron necesidades y posibilidades de dar continuidad al abordaje de estas temáticas que se reconocen relevantes.

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